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A la hora de asegurar tu vehículo vas a encontrar diversas modalidades. Desde el más completo todo riesgo, con o sin franquicia, hasta el de terceros, robo, lunas, incendio, etc... Que el primero sea el más completo no quiere decir que sea el más recomendable ya que lo idóneo es que el seguro de automóvil esté adecuado al perfil del usuario, ya que no debemos pagar por riesgos que no vamos a tener. Si te surgen dudas te vamos a ofrecer unos consejos para acertar con el más adecuado.

Encontrar la compañía con el precio más competitivo es el primer paso, aunque es importante que nos aseguremos de que las coberturas son las que deseamos y las que estamos contratando. Como hemos comentado, la variedad de opciones es mucha. Partamos de que la ley obliga a contar obligatoriamente con un seguro de responsabilidad civil, aunque esté en el garaje de casa. Es el conocido como seguro a terceros. Pero es tan básico que es importante añadir algunas coberturas para no llevarnos sorpresas en nuestro día a día como conductores. El seguro a terceros cubre los daños que ocasionemos con nuestro coche. Lo podemos ampliar para que cubra al conductor del automóvil asegurado y la asistencia en carretera.

Otra ampliación es la de terceros + lunas que añade la rotura de cristales del coche. No es raro que el automóvil reciba un impacto y la luna se resquebraje, y su precio no es ninguna tontería. Un escalón más es tercero + lunas, robo e incendio, cuestiones de las que no estaremos exentos en nuestro día a día. Si vivimos en zona rural es interesante el seguro cinegético, que te cubre de atropellos y golpes a animales. A continuación, tenemos el seguro a todo riesgo, que es el más completo, y cubre los daños propios, aunque existen límites establecidos por la aseguradora que debemos tener en cuenta, como la valoración en caso de siniestro. Es importante comparar las limitaciones en las coberturas porque se pueden encontrar importantes diferencias entre aseguradoras. Tengamos en cuenta que los seguros con franquicia abaratan el precio, pero imponen un valor mínimo de reparación que debe pagar el asegurado, y a partir de esa cantidad todo corre por cuenta de la aseguradora. El seguro a todo riesgo compensa cuando nuestro coche tiene una antigüedad menor de 4 o 5 años.